Esta es la aventura de un personaje antisocial, cabreado con el mundo y con varias cuentas pendientes. De un hombre que viaja hacia el norte en busca de algo pero no sabe muy bien qué. Da igual. O no.
En el camino se cruza con valientes vikingas, corrientes de mar capaces de triturar un oso, unos Monty Python noruegos, una tribu que se resiste a ser colonizada, tiburones que aún no han cumplido la madurez sexual, eternautas que viajan con miniaturas de Lenin, padres que atracan bancos, chamanes devotos de Philip K. Dick e incluso un ebrio pero lúcido Miles Davis.
Entre la crónica y la autobiografía, Pedro Bravo comienza su viaje en Å, el pueblo más tranquilo de Noruega (y probablemente del mundo), y termina, o eso cree, en el punto más septentrional de la Europa continental.
De eso va este viaje a Cabo Norte. De ese chiste que es, quizás, todo este jaleo llamado vida.