"«A partir del cuento ""Aunque siguiera tronando"" Guillermo Saccomanno escribe en situación de peligro: cultiva desde mediados de los años 80, y especialmente durante los 90, un realismo de alta escuela, sofisticado, acerado, punzante y moderno. El énfasis en un punto de vista despiadado solo retrocede o avanza a empellones cuando debe encarar la figura del padre, el escritor sin futuro, el que lo confronta, el único que lo reta y le advierte: contarás, pero siempre preparado para decir la verdad, para no ser un farsante.