Huyendo de la lluvia, Flavio se refugia en una tienda de juguetes antiguos. De entre todos los objetos del bazar se siente extrañamente atraído por un pequeño carrusel con cinco caballitos de cobre que, curiosamente, carece de mecanismo para hacerlo funcionar. El dueño, un viejo que parece escapado de un cuento de misterio, le vende el tiovivo por un precio simbólico. A partir de aquel día, empiezan a ocurrir cosas extraordinarias en la vida de Flavio. Asustado, el joven decide devolver el carrusel, pero cuando regresa al bazar del anticuario se encuentra con una sorpresa: la tienda no existe.