«Una maravilla.»
The New York Times
Hágase la luz es prueba de que las mejores historias nunca mueren. En esta atrevida reescritura del Génesis, Dios es una mujer, no es perfecta y, como suele ocurrir, a veces duda de sí misma. También se siente sola.
¿Qué significa ser humano?, ¿cuál es nuestro propósito?, ¿cómo debemos tratarnos los unos a los otros? Las grandes preguntas de la Torá y del Antiguo Testamento aún son las nuestras, y con perspicacia, humor y un trazo enternecedor, Liana Finck combina la sabiduría del texto original —que sigue de cerca— y la irreverencia propia, con Abraham convertido en ciudadano de Nueva York y en artista plástico. He aquí una ambiciosa y trascendental novela gráfica —por cuyas páginas rondan las milenarias historias de Adán y Eva o de Jacob y Esaú, casi como esas canciones infantiles en parte olvidadas pero que aún resuenan en nuestra cabeza— que nos ofrece una versión tan contemporánea como espiritual del mayor superventas de la historia.