Minerva Blackmoore es la más sensible de sus hermanos, siempre en las nubes, inventando historias y creando su propio mundo. Quizá por eso no había terminado de integrarse en el colegio para señoritas, pasando la mayor parte de su tiempo leyendo o escribiendo relatos. Sin embargo todo parece dar un giro cuando una de sus compañeras cae enferma y ella se dedica a cuidarla hasta que muere. Se ve en la obligación de ir personalmente hasta su casa en la costa de Cornualles para comunicárselo a la familia, pero sus planes se ven trastocados cuando encuentra una madre enferma y un hijo que parece la representación de la rectitud. Aunque pronto descubrirá que las cosas no son lo que parecen, y que el amor no solo puede encontrarse en las páginas que escribe.