El policía Santiago Quiñones se ve envuelto en una espiral de infortunios. Una cruda decisión respecto al marido de su madre, la inesperada aparición de un medio hermano, una temible red de chinos narcotraficantes y un grupo de ultraderecha que pretende erradicar la inmigración, son solo algunas de las vicisitudes que Quiñones deberá enfrentar acompañado de su entrañable sarcasmo y pesimismo.
Al igual que en sus obras anteriores (Hoy no quiero matar a nadie y Perro muerto), el narrador, actor y cineasta Boris Quercia retrata una Santiago que no duerme y, sobre todo, a un personaje adorable y sobrecogedoramente errático. Un antihéroe que se entromete en los oscuros recovecos del sistema y que navega intensamente entre sus desaciertos y amores equivocados.