Cuando dos animales políticos son arrastrados por una pasión amorosa solo pueden acabar devorándose el uno al otro.
¿Se enamoran los políticos entre ellos? La respuesta es sí, como sucede en todos los universos de autoficción romántica, tal que hospitales, campamentos de verano, comisarías, oficinas o grandes almacenes. Lo que diferencia al amor en política es que compite a muerte con el ansia de poder.
Por eso, esta novela, que relata una historia del todo inventada, aunque hija de las que, verdaderas o falsas, el autor ha escuchado a lo largo de su carrera, está dedicada a los políticos que vivieron su amor sin que la política los destrozase, pero, sobre todo, a los que la política destrozó por enamorarse, a los que se hundieron mutuamente. Pues, como sostiene Pecados, el narrador de esta historia, utilizar el poder político para vengarse también es una forma de corrupción.