Los relatos de Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal son una incitación a la aventura y lo desconocido. Un viaje por los caminos de la memoria, por espacios asombrosamente cotidianos cuyos límites se desdibujan cuando el lector menos se lo espera. Unas narraciones deliciosas y crueles a un tiempo, mágicas e inquietantes, magistralmente orquestadas por Cristina Fernández Cubas.