La biblia y la tradición secreta de Israel nos presentan al incienso como algo sagrado, algo vinculado con lo sagrado, algo que vincula con lo sagrado. En este pequeño libro el autor se centra en estos dos temas: lo sagrado y el incienso como medio para acceder a él. Sostiene la cábala que cuando Adán y Eva pecaron en el paraíso, todos sus sentidos quedaron afectados por la mancha del pecado, excepto uno: el sentido del olfato. Probablemente el sentido profundo del incienso se base en esta idea: queda todavía en el hombre algo puro a partir de lo cual puede volverse a conectar con su alma superior, con lo divino, con Dios.