El recientemente fallecido Antonio Gálvez Ronceros es uno de los grandes cuentistas de la literatura peruana actual. Su universo lingüístico recrea el mundo rural que rodeaba Chincha, al sur de Lima; por un lado el costeño, el del campesino mestizo, y por otro el de los llamados allá afrodescendientes. De este primer grupo es perfecta muestra Los ermitaños, su paso inicial en el mundo de las letras, colección de cuentos publicada en 1962 e inédita en España hasta hoy, llena de un humorismo patético que resulta conmovedor al punto que admirable. En cuanto a Perro con poeta en la taberna (2018), es su primera novela breve, considerada por la crítica hispanoamericana como una obra maestra y también inédita hasta esta edición en España. Se trata, como su desconcertante título sugiere, de una fábula donde se desmenuza con un contagioso sarcasmo la vanidad que envuelve al mundo literario; no solo el peruano, sino a cuantos en el planeta existen. Agudo y esperpéntico daguerrotipo que no cesa de arrancar carcajadas en el lector.