"La erupción del volcán Vesubio quizá en octubre del año 79 de nuestra era enterró bajo varios metros de piroclastos y cenizas las ciudades de Pompeya, Herculano y Estabias, situadas en la Campania. Fue precisamente el redescubrimiento de Herculano en 1738 por parte del del ingeniero aragonés Roque Joaquín de Alcubierre, a partir de algunas evidencias previas, lo que inició las excavaciones en la vecina Pompeya, y que contaron con el entusiasmado apoyo y la financiación del rey Carlos VII de Nápoles (futuro Carlos III de España). Cubierta por cenizas y lapilli, los trabajos resultaron más fáciles en Pompeya y desde 1748 se desenterró, poco a poco, los restos de la ciudad romana que ha impactado a millones de personas que la visitan cada año.