Louise Bourgeois (París, 1911-Nueva York, 2010) habla, habla y habla. Habla consigo misma, repasando los fragmentos de su larga vida, componiendo su propio retrato: el retrato que construye Jean Frémon a partir de sus recuerdos de una mujer plenamente entregada a su arte y a la vida, que no recibió el debido reconocimiento como una de las grandes artistas de nuestro tiempo hasta muy al final de sus días.