Cuando el joven Martin Chuzzlewit se enamora de Mary Graham, la señorita de compañía de su abuelo, se desata la ira de éste. Serán necesarias muchas penalidades y aventuras para que Martin conozca lo que es realmente el amor, la amistad y la lealtad. Para Dickens, esta obra era "con creces la mejor de mis historias", y para William Boyd sigue siendo "su novela más terriblemente divertida".