Llega a Alfaguara el gran libro de historias de Nueva York de Ray Loriga, premio Alfaguara de novela 2017, cuando se cumplen veinte años de su primera publicación. El hombre que inventó Manhattan se llamaba en realidad Gerald Ulsrak, estaba casado y tenía dos hijas. O quizá solo una. Había nacido en un pequeño pueblo en las montañas de Rumanía y siempre había soñado con un sitio mejor, Manhattan, y un nombre distinto, Charlie. Trabajaba en el mantenimiento de un bloque de apartamentos y se repetía noche tras noche como un mantra que el siguiente sería un buen día. La mañana de Año Nuevo de 2002 amaneció colgado de una viga del techo. Su suicidio pone en marcha la recreación por parte del narrador un inquilino del inmueble de un mundo en el que se mezclan la realidad y la ficción. A través de historias cortas, agudas como flechas, marcadas por los juegos de identidades, el humor irónico y unos personajes inolvidables, se erige una ciudad mítica: un Manhattan tan personal, tan exacto y al tiempo imaginado, teñido por toda la literatura y el cine que reflejan la ciudad de Nueva York. Cuando se cumplen veinte años de su primera publicación, llega a Alfaguara el gran libro de historias de Nueva York de Ray Loriga, ganador del Premio Alfaguara de novela 2017.Críticas:
«Magnífico libro».
Enrique Vila-Matas «Quien lea El hombre que inventó Manhattan, sentirá enseguida que conoce la melodía que el libro entona. [ ] Pero muy pronto se mecerá al ritmo de esa melodía, ya sin escudriñarla. Y al cabo se rendirá al encanto propio de la versión tan personal, y a ratos magistral, que de ella ofrece el autor».
Ignacio Echevarría, El País«El hombre que inventó Manhattan tiene el aire de familia de algunas piezas raras por infrecuentes en nuestra tradición literaria, que no discurren por los cauces del secular realismo y que participan de un humor lúdico e irreverente. Hablo de [ ] Los dominios del lobo, de Javier Marías; o de Nunca voy al cine, de Enrique Vila-Matas».
Ana Rodríguez Fischer, Revista de Libros«La distancia que toma Loriga respecto de lo narrado, su sentido del humor y la ligereza para hablar de lo poco importante que es creerse importante son esenciales para recomendar su lectura».
Carlos Zanón, La Vanguardia «Un elemento crucial en su narrativa es esa aparente indiferencia hacia el lector, ese narrar como si lo hiciera desde la perspectiva de una novela escrita por Albert Camus, una cierta distancia de los materiales humanos que va incorporando en su relato, pero que al final va calando muy hondo en quien va leyendo».
J. Ernesto Ayala-Dip, Babelia «Una escritura muy elegante que lleva todavía un poco más lejos la exigencia del Loriga de madurez, y además lo hace bajo una apariencia menor del todo engañosa y saludable».
Nadal Suau, El Español «Loriga pertenece a un selecto grupo de escritores que, como Houellebecq y Murakami, están redefiniendo la ficción del siglo XXI».
Wayne Burrows, The Big Issue