Entender el comportamiento humano, en sus fases destructiva y constructiva, es también el motivo de otra visión escolar que debe abrirse paso entre las culturas de pobreza y progreso en un país, de desamor y amor por una patria. Dentro de este contexto, de rupturas y conflictos sociales, emerge el presente estudio cuyo propósito conecta la escuela con la cotidianidad y enlaza dos procederes básicos que se acreditan como posición idónea en el espacio público e institucional. Se trata de uno biológico (impositivo, totalitario, gregario) que «piensa por el otro»y de aquel ecológico (ponderado, amplio, convivencial) que «piensa con el otro». El primero se halla impedido de concebir soluciones sostenibles mientras el otro no logra suficiente reconocimiento social. Y en medio de ello emerge la bio-eco-docencia, donde la escuela figura como un ambiente dialógico entre ambas formas de pensar; y por lo cual, dos ideas distintas, lograrían juntas lo que no es posible negándose entre sí. Luego, la educación escolar y la sociedad misma, ante ideas medias que separan, han de practicar la mediación social.