"Con ninguna obra de ningún otro poeta sucede lo mismo: la identidad del Quijote y España es única. La historia no ha hecho sino cuajar y consolidar cuanto Cervantes, como español, sentía adensarse en torno. Esta proyección del Quijote es la más poderosa. El Quijote no es el monumento de una civilización abolida, como la Ilíada; continuamos la ruta del Quijote, poblamos su tierra, hablamos su lengua, y somos conterráneos, vecinos y tal vez amigos del cura y el barbero, de Carrasco, del duque y de Ginés. Los españoles tenemos la rara fortuna de encontrar, volviendo la vista atrás, esa enorme represa de la vida nacional, formada, como jugando, por el Quijote.ö