La modernidad de ciertos ?clásicos? nos abruma. Tal es la sensación que recibe el lector del texto de Bakunin ?Dios y el Estado?. Frente a la irrupción de lo irracional, frente al ascenso de los diferentes ?fundamentalismos? ?religiosos o no?, frente a la corrupción generalizada que caracteriza a los Estados burgueses y a la presencia de poderosas mafias incrustadas en los Estados post-?comunistas?, la lectura o relectura de este libro nos permite ejercer las ?dos facultades preciosas? del ser humano que Bakunin define: ?La facultad de pensar y la facultad, la necesidad, de rebelarse?. Este texto no es sólo una extraordinaria aportación al materialismo ?de una vigencia apabullante?, sino también una gran proclama libre y libertaria.