Una novela fascinante y perturbadora, que es a la vez la idónea vía de acceso para ingresar en uno de los mundos más personales y cautivadores de la literatura española contemporánea Siete años después de la muerte de Eloísa, su hija, narradora y protagonista de esta novela, siente el impulso de restaurar su memoria y descubrir en persona el escenario en apariencia idílico de su infancia. Para ello, viaja desde París hasta un valle perdido al otro lado de los Pirineos donde radica el caserón familiar, y donde aún viven sus tíos, Tomás, Lucas y Bebo, tres solterones «tozudos como ellos solos» de los que apenas sabe nada. Durante el trayecto, se entretendrá imaginando sus rostros, sus ocupaciones y sus palabras de bienvenida, al tiempo que examina algunas viejas fotogra?as de su madre (cada vez más enigmáticas) en las que esta aparece jugando con su diábolo o balanceándose en el columpio del jardín. Pero lo que había concebido como una visita llena de afecto y cordialidad terminará derivando en un encuentro sombrío y desconcertante. Cristina Fernández Cubas explora así una