La naturaleza nos ofrece desde el alimento que nos mantiene vivos hasta la belleza cuya contemplación nos hace humanos. Y nos propone, además, un misterio insondable. Pues ¿cómo funciona la naturaleza? Expresada de mil maneras diversas por mil culturas distintas, esta es la pregunta más importante y constante que se ha hecho la humanidad. Con el paso de los siglos, le hemos dado muchas respuestas, aunque todas tenían un núcleo común. Hasta que llegamos «nosotros», la cultura occidental moderna. Entonces todo cambió. El ingente conocimiento milenario quedó anulado para implantar una nueva respuesta, bastante inverosímil: todo en la naturaleza funciona por azar e instinto, pues solo el ser humano es inteligente. Nos lo creímos. Para Narby llegó un día en que esta respuesta no fue suficiente.