Con la publicación de este libro, se trata de someter a debate social la gestión y conservación de ecosistemas que se vienen realizando, así como la problemática que comporta su aplicación.
La política de conservación no debe basarse únicamente en la declaración de espacios aislados, sino en adoptar una forma de comportamiento respetuoso con el entorno. Pensemos en la riqueza natural que suponen nuestras dehesas y sierras, o nuestros campos cerealistas, con sus bancales, riberos y eriales, que constituyen el hábitat ideal de numerosas especies de vertebrados e invertebrados. En estos momentos, como consecuencia de la intensificación de las modernas labores agrícolas y la introducción de productos fitosanitarios, desecación de humedales, realización de nuevas infraestructuras demandadas por la ciudadanía, etc., amplios espacios de interés ecológico indudable se van reduciendo hasta desaparecer.
Lo que hay que preservar no son zonas aisladas y desconectadas sino tramas, corredores de los ecosistemas, procesos de la naturaleza y, todo, de modo que se vincule la conservación con los habitantes de las zonas, contando con ellos A la vista de lo anteriormente comentado, los procesos de gestión, planificación y la consideración de los elementos de desarrollo sostenible se convierten en elementos propios de cualquier política ambiental. Esto conlleva un intenso trabajo técnico y un dilatado período de participación y consenso dirigido a establecer de manera participativa los objetivos y estrategias para la conservación de los recursos naturales de valor.
