El pensamiento de Giorgio Agamben consiste en un dispositivo filosófico que plantea la exigencia de emancipación de lo constituido, pero sin generar una nueva constitución. Este contexto conceptual tiene como cemento la noción de «signatura», que justifica la tesis de la analogía entre lo arcaico y lo actual. A partir de ahí, despliega nociones como las de «homo sacer» o «nuda vida». El campo de concentración y la ciudad actual, o el estado de excepción de Hitler y Guantánamo, permiten así comprender tanto el pasado como el presente. La propuesta de Agamben incide en la catástrofe del mundo, en su pecaminosidad, de la que solo salvaría su propio dispositivo. Frente a esta visión apocalíptica, sostenida sobre un cosmopolitismo radical que no se deriva de los derechos del individuo, sino de nuestra condición genérica animal, este libro defiende la lucha por el derecho, que confía aún en las instituciones y en el papel crítico de la filosofía.