En estas páginas desfilan las imágenes de la tierra natal de Camilleri, síntesis de un amor antiguo y sanguíneo y en las que brilla todo el ingenio y el carácter de la isla. Son retratos y recuerdos que se transfieren de la memoria al papel de una forma única e irrepetible. En cada uno de los relatos asoma aquel funambulismo de la escritura y del lenguaje que hizo del autor uno de los más leídos de los últimos años.