He aquí uno de los textos más remotos de la humanidad: un compendio de sabiduría y, a la vez, un oráculo. Formado en su inicio por una sintética combinación de tres trazos de líneas, continuas y discontinuas, "I Ching" ofrece un enorme abanico interpretativo que atrajo desde antaño a los antiguos pensadores, quienes lo ampliaron con sus comentarios y lo transformaron en el primero de los libros clásicos del confucionismo.