"Vigàta, Viernes Santo de 1890. Durante la representación de la Pasión de Cristo, el contable Antonio Patò, director de la sede local del Banco de Trinacria, funcionario irreprochable, marido integrísimo y padre de dos niños, además de apreciado Judas en la obra teatral, se precipitó por el escotillón con maravillosa verosimilitud, tal como se indicaba en el guion. Por sorpresa de todos los asistentes, el aclamado actor no volvió a aparecer. ¿Patò ha desaparecido? ¿Está muerto? ¿Se ha escondido? Toda la ciudadanía reclamaba respuestas, especialmente su desamparada y afligida mujer Elisabetta.