Me llamo Shino Kishibe, tengo 17 años y estudio bachillerato. Soy huérfana y mi hermano, el único familiar que me quedaba, murió hace medio año. Ahora vivo con Nozomi, su mujer.
No somos hermanas de verdad, pero es como si lo fuésemos.
He aquí el segundo tomo de esta tierna historia de dos mujeres, un tanto peculiares y también un tanto torpes, que comparten un mismo día a día mientras aprenden a conocerse