Una novela nostálgica, dulce, cultaáy encantadora, atemporal, con la que vuelve un Jonathan Coe cargado de sensibilidad y o?cio. Una novela nostálgica, dulce, cultaáy encantadora, atemporal, con la que vuelve un Jonathan Coe cargado de sensibilidad y o?cio.A sus cincuenta y siete, la carrera como compositora de bandas sonoras de Calista Frangopoulou, griega afincada en Londres desde hace décadas, no pasa por su mejor momento. Tampoco lo hace su vida familiar: su hija Ariane se va a estudiar a Australia, sin que aparentemente eso la entristezca del mismo modo que entristece a su madre, y su otra hija adolescente, Fran, está pendiente de interrumpir un embarazo indeseado. Mientras su profesión la arrincona y sus hijas, decididas o titubeantes, empiezan a abrirse paso por sí solas, Calista recuerda el momento en el que todo empezó para ella; julio de 1976, cuando en Los Angeles, y ostensiblemente poco arreglada para la ocasión, se presenta con su amiga Gill en una cena que celebra un antiguo amigo del padre de esta: un director de cine setentón del que ninguna de las dos sabe nada, y que resulta ser Billy Wilde