«Javier Argüello es, sin duda, uno de los escritores actuales más interesantes en nuestra lengua». Zenda En su primer y deslumbrante libro, Javier Argüello reúne siete cuentos de estirpe fantástica, deudores y renovadores de la tradición fundada por Gógol, Poe, Maupassant o Borges. Dueño de un estilo sutil y eficaz, Argüello nos cuenta historias inquietantes y turbadoras, a veces espeluznantes, hechas con la materia que se extiende tras el filo de la realidad. Cada una de estas siete piezas nos hipnotiza tanto por el bien medido ritmo de su prosa como por el dibujo de los personajes y su trama envolvente y sobrecogedora. En la primera, por ejemplo, Argüello narra las vicisitudes de un hombre que cree que escribe un relato cuando en verdad tan solo es el personaje de otro relato que vive atrapado en la telaraña de la ficción. En otro cuento nos mantendrá en vilo con la increíble y maravillosa historia de un hombre a quien un profesor de astronomía ordena que construya una casa al revés bajo la tierra de su jardín, pues algo horrible está a punto de suceder en el mundo... También podremos asistir a la inaudita confesión de un enchufe, una voz que contará la odisea que le llevó a habitar allí dentro; o a la aventurade un joven que viaja por Europa y se encuentra en Londres con un escritor del siglo que ha pactado con el diablo para viajar al futuro y comprobar así su posible ingreso en la Historia de la Literatura; una pequeña obra maestra sobre la textura del tiempo.Sobre el autor y su obra la crítica ha dicho: «Considero que la prosa de Argüello es valiosa no únicamente por los magníficos detalles de sensibilidad en la caracterización de los tipos y los espacios, sino porconseguir ganar una apuesta literaria verdaderamente original en los tiempos que corren».
J. M. Pozuelo Yvancos, ABC «Siempre estuve convencido de su gran talento de escritor, que ya era muy visible en sus primeros cuentos. La cuestión estaba en si querría seguir escribiendo. Si lo hacía, no tardaría en confirmar su genio. Era sólo cuestión de tiempo».
Enrique Vila-Matas