Este libro comienza asegurando que la primera grabación de voz que se conoce es la de Walt Whitman recitando, en el año 1890, su poema America. Antes de esa fecha, y sin registros sonoros disponibles, no tenemos ni idea de cómo sonaba el habla. Si oyéramos hoy a un romano del siglo I decir rosae quizá oiríamos algo parecido al rugido de un tigre o el sonido de una máquina. Y es que todas la cosas tienen su 'línea año cero', el lugar más allá del cual lo inventamos todo: ahí comienza la ficción. Y este libro termina desplegando toda una teoría alternativa acerca de qué es un producto artístico y qué es una máquina y un organismo, produciendo así nuevas acepciones a los conceptos 'natural' y 'artificial'. Entre medias, y por un camino tejido con una personalísima red de metáforas que aúnan lo poético y lo científico, veremos pasar cosas como una aeronáutica interpretación del Angel de la Historia benjaminiano, o el porqué de la identidad de Occidente -forjada en la idea del viaje y en la construcción de 'el otro'-, o páginas que arrojarán nueva luz a las artes contemporáneas -especialmente al apropiacionismo-,