Hace sesenta años el mundo se horrorizó con el descubrimiento de la realidad de Auschwitz, el escenario de la mayor matanza de la historia humana: un millón cien mil seres humanos asesinados, incluidos más de doscientos mil niños. Pero, más allá de las imágenes y de los testimonios de las víctimas, la realidad de lo que Auschwitz fue y significó ha seguido escapando a nuestra percepción.
Laurence Rees, que lleva quince años investigando el nazismo, no sólo ha utilizado la documentación aparecida en estos últimos años, sino que se ha valido de más de un centenar de entrevistas a supervivientes del campo y a sus verdugos nazis, que por primera vez hablan de sus experiencias, ahora que no arriesgan nada por dejar testimonio de lo que han vivido. Éste es el primer relato completo de la historia de Auschwitz, que se convirtió en un inmenso taller que trabajaba para la guerra, a la vez que en una fábrica de muerte, donde se acabó arrojando a los niños vivos a las hogueras, al no dar abasto las cámaras de gas. Un lugar singular, con funcionarios corruptos, con médicos sanguinarios como Mengele y hasta con un burdel para estimular a los prisioneros muy trabajadores. Pero tal vez lo más terrible resulte saber que cerca del ochenta y cinco por 100 de los miembros de la SS que trabajaron en el campo y sobrevivieron a la guerra han quedado impunes, que ni se arrepienten ni creen necesario excusarse con la obediencia a las órdenes recibidas y que ello no parece escandalizar hoy a sus conciudadanos. Este libro pretende despertar nuestras conciencias para que entre todos impidamos que vuelva a haber otro Auschwitz.