Nacido en 1126 en Córdoba, Abu-l-Walid Muhammad sería encumbrado por los nuevos señores de la Península, los almohades, como uno de sus grandes sabios y cortesanos, pero la audacia de su pensamiento acabaría por costarle todo cuanto había alcanzado. Siglos después, su obra sigue más viva que nunca. Su nombre era Averroes. Firme detractor de la rigidez de los dogmas y crítico con el uso que unos pocos hacían de los textos sagrados, sería acusado por los líderes religiosos de herejía suprema. Tratado como un paria, amenazado, odiado y condenado al olvido por sus contemporáneos, viviría en la clandestinidad sumido en la pobreza, hasta encontrar la muerte a los setenta y dos años en Marrakech. La autobiografía ficticia del mayor pensador de la cultura occidental, tachado de subversivo tanto por la Iglesia como por el Islam, cuya osadía fue abordar la fe desde la razón.