Entra, no tengas miedo. Puedo sentir tu curiosidad. Has venido a divertirte. Has venido a llorar y a sufrir. Has venido a amar y, tal vez, morir. Entra, déjate llevar. Muéstrame los secretos que guardas en tu interior. Contémplalos bajo la luz de los focos y, esta vez, deja que ellos te devuelvan la mirada. Entra, ya es tarde para volver atrás. Las sombras crecen, las luces se apagan y los primeros compases de la música resuenan en la sala. Toma asiento y abre bien los ojos. No estás solo en esta oscuridad. Comienza una función que no podrás olvidar.