Banine recuerda las aguas del mar Caspio, su lujosa mansión en Bakú, las espléndidas fiestas, las frutas, los dulces; a su institutriz alemana, a su estricta abuela musulmana, a sus adinerados parientes que se jugaban a los naipes la inmensa fortuna que el petróleo les había hecho amasar. Banine recuerda cómo entonces llegaron los bolcheviques, y de pronto lo perdieron todo...