En su nuevo poemario El año del renacuajo Víctor Bayona Marchal (Barcelona, 2001) reflexiona sobre el tiempo que nos habita, que nos mide y nos define. Un tiempo que nosotros, a su vez, vamos creando con cada experiencia, con cada interacción familiar, con cada esfuerzo por conservar un instante en la memoria. Sí, las vivencias nos definen, pero el poeta se pregunta si no serán determinantes, también, los hijos que no hemos tenido, los caminos que no hemos andado o los futuros que no han sido. ¿Existen estas alternativas en nosotros? El año del renacuajo dibuja la identidad de un joven que analiza su propia metamorfosis hacia la edad adulta mientras da sus primeros pasos en el siglo incierto que le ha tocado inaugurar. Avanza y canta, lo observa todo con los ojos de un científico escéptico y la mirada de un poeta expectante.