Hace ya algún tiempo, las tensiones de la vida política empezaron a llegar a los juzgados y tribunales para que los jueces las resolvieran. Desde entonces, la judicialización y criminalización de la política se ha llevado a cabo con el aplauso generalizado de muchos partidos. En una sociedad en la que todo se pretende regular por leyes, se deja escaso espacio a los ciudadanos para que solucionen sus conflictos por las vías del convenio, el pacto o las votaciones democráticas. Precisamente por ello, el Poder Judicial ocupa hoy un mayor protagonismo, a veces indeseable, en los espacios públicos, e incluso privados, cuando corresponde solo a los políticos afrontar las cuestiones que afectan a la buena gobernanza del país. José Antonio Martín Pallín nos advierte de que la división de poderes está en juego y, con ello, la esencia misma de nuestra democracia. Como ejemplo, analiza a conciencia la sentencia condenatoria del Tribunal Supremo del procéscatalán, y examina los acontecimientos que rodearon a este espectáculo judicial antes, durante y después de su vista oral. Además, ofrece algunas vías que permitirían restablecer la mesa de diálogo, como la amnistía o el indulto, medidas que son perfectamente constitucionales si el objetivo que se persigue es alejar la histórica cuestión catalana del permanente conflicto.
José Antonio Martín Pallín es magistrado emérito de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Ha sido presidente de la Asociación pro Derechos Humanos de España, presidente de la Unión Progresista de Fiscales y portavoz de Jueces para la Democracia.