«Me enamoré del fútbol tal como más adelante me iba a enamorar de las mujeres: de repente, sin explicación, sin hacer ejercicio de mis facultades críticas, sin ponerme a pensar para nada en el dolor y en los sobresaltos que la experiencia traería consigo», confiesa Nick Hornby, quien reconoce abiertamente que para él este deporte no es ni una vía de escape ni un entretenimiento, sino una forma de ver y estar en el mundo.Fiebre en las gradas es el relato autobiográfico de la tumultuosa relación del autor con el fútbol y con su equipo, el Arsenal londinense, durante más de veinte temporadas. Con un entusiasmo contagioso y su característica ironía, Hornby nos cuenta lo que ocurre cuando uno deja que el balompié llene unos cuantos huecos que deberían haber estado ocupados por otros asuntos.Además de la honesta y divertida confesión de un obsesivo aficionado al fútbol, Fiebre en las gradas es también una lúcida radiografía y termina convirtiéndose en una sentida declaración de devoción y lealtad a un juego, a un club y, sobre todo, a la comunidad de sufridos seguidores que conforman su verdadera esencia.