Los años son convulsos para todos, pero las armas para defenderse son distintas. Klaus y Erika, hijos del Premio Nobel Thomas Mann (1929), son famosos e influentes en todo el mundo y escriben en revistas y periódicos. Pero, cuando regresan de un viaje de esquí, se encuentran Múnich manchada de esvásticas. Corre el año 1933, y comienza el exilio. Unos años más tarde, obligados a regresar a Villa Poschi para buscar el escritorio en el que su padre esconde unos diarios que ponen en juego la supervivencia de la familia, los dos hermanos aprovecharán el viaje para adentrarse en España. La Guerra Civil ya ha estallado y, con una Europa convulsa política y socialmente, están convencidos de que la catástrofe española es el preludio de un futuro desesperanzador.
Una noche, la estudiante de filosofía Hannah Arendt cruza a pie la frontera hacia Checoslovaquia. Los judíos como ella, perseguidos por el régimen, deben huir mientras les es posible. Comienza entonces un periplo europeo que la lleva hasta París, desde donde colaborará con organizaciones de refugiados. En 1940, la ciudad ha sido invadida por los nazis. Enviada a un campo de concentración, consigue escapar, y también ella atravesará una España donde las cicatrices de la guerra civil aún sangran.
Con un estilo delicado y luminoso, Líneas de Fuga es una novela sencillamente brillante en sí misma. Templada, airosa en su narración y llena de referencias históricas y culturales, Begoña Quesada subyuga al lector con una historia a medio camino entre la realidad y la ficción. Porque, a veces, hay vidas que se cruzan en un momento decisivo para no reencontrarse jamás. En la guerra, unos pierden mucho y otros lo pierden todo. Y ésta es la historia. Nuestra historia.