Es significativo que, de entre los libros de caballerías quemados por el cura en el Quijote, Cervantes salvara, el Amadís de Gaula, el Palmerín de Inglaterra y el Tirante el Blanco, al que llama el mejor libro del mundo. Aun con el sentido paródico que tienen los libros de caballerías en la obra de Cervantes, la alusión es reveladora.El Tirant lo Blanc está escrito en un tiempo en que la tradición de los caballeros medievales está en declive, y por un escritor-caballero también un tanto anacrónico. Pero este anacronismo se refiere al mismo tema caballeresco, y no al tratamiento formal, al ámbito internacional de los sucesos o a la ironía y humor de la obra de Martorell, en la que se dan visos de un realismo y un vitalismo personalista (como en Ausiàs March) que precede a la llamada novela moderna. En este sentido, uno de los signos de modernidad en esta novela es que el héroe tiene rasgos humanísimos (en virtudes y en defectos) y que no alcanza sus proezas por la intervención de fuerzas maravillosas, sino por su propia valía y su propio esfuerzo. Además, en el libro se dan lances del todo prosaicos