Lucía era una niña baja y delgada. Tan baja y delgada que resultaba asombroso que dentro de su cuerpo menudo tuviera tantos miedos. Por la noche, uno de sus padres debía acompañarla a la cama y estar a su lado hasta que se durmiera. Le daba mucho miedo la oscuridad. Cuando Lucía cumplió seis años, su madrina le hizo un regalo muy especial.