«El cuento del otro día» representa el amor incondicional a los hijos
-a través de un tierno diálogo en la oscuridad del cuarto poco antes de dormir- del que se desprende la capacidad de los niños
para conseguir que la persona adulta recupere, de su etapa infantil pasada, la emoción y la fantasía perdidas. Muchas familias
se identificarán con esta estampa nocturna, aguardando
a que los más pequeños de la casa queden vencidos por el sueño.